lunes, 14 de diciembre de 2015

LOS PASTELES Y SU ORIGEN

Los primeros pasteles fueron grandes y redondos panes, cubiertos con miel y adornados con nueces y frutas secas, que se preparaban para celebrar el cumpleaños de los varones egipcios. Pero el típico pastel circular y brillante por la luz de las velas nació en la tierra de los dioses del Olimpo. Los griegos horneaban pasteles redondos como la luna para honrar a Artemisa, diosa virgen de la caza y del astro de la noche.


Las velas en el pastel representaban los resplandores de la luna. Una vez en el templo de Artemisa, se soplaban las velas con la esperanza de que el humo llevara las plegarias hasta la morada de los dioses. Hoy pedimos deseos antes de soplar las velas, pensamiento místico que proviene de una tradición pagana. 


Algunos colocan objetos dentro del pastel: monedas, anillos o dedales que, de ser encontrados, son presagios de riqueza, matrimonio o mala suerte. Esta tradición medieval inglesa nos hace pensar en la rosca de Reyes que partimos cada 6 de enero: un bollo dulce, propio de la repostería española, adornado con rodajas de fruta cristalizada y que semeja la corona real.

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