Boceto del fundador Don Manuel Iborra García |
A principios del siglo XX toda una procesión de artesanos
turroneros abandonaban, cada año y en la temporada previa al periodo navideño,
la localidad de Jijona (Alicante). Su destino eran los mercados de toda España.
Los destinos se repetían cada caso, año tras año, por lo que, en algunos casos,
los turroneros viajeros acababan quedándose en el destino, abriendo tienda
allí.
Uno de ellos fue Don Manuel Iborra García, quien, al
casarse, decidió independizarse de su familia y abrir su propio comercio en
Valladolid.
El turronero empezó a darse a conocer entre sus nuevos
clientes insertando anuncios en el diario castellano El Norte de Castilla.
Luego, a partir del año 1958, la empresa comenzará a elaborar helados.
La verdad es que entrar en este comercio es toda una
golosina para los sentidos... sobre todo para la vista, que goza del mobiliario
de madera y mármol; el olfato, que disfruta de los dulces olores… y el gusto,
que se relame con la promesa de la golosina.
Entrada principal de la tienda |
Helado artesanal de Iborra |
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